F. Leighton |
En Brighton
el 21 de Diciembre queman los relojes
Burning the
Clocks es una fiesta mágica.
¡Qué no
es mágico aquí!
Me entrego en cuerpo y alma al
ritual de las doce campanadas que una vez más me deja llegar a la cita.
El tiempo se lleva grandezas y miserias, cabos
sueltos, pinceladas, borradores.
Mientras se despiden las horas que no volverán,
esta noche invoco al dios en el que creo, las raíces atávicas a las que
pertenezco y las otras, las que he elegido.
Invoco el sentimiento que redime, el sigilo del
querer hondo, la nieve quebecuá límpida que me sigue
enamorando.
Al borde del vértigo global que nos estremece pido a la vida que no
me deje perder la capacidad de compasión ni de asombro.
Me abriga la niebla ofreciendo su liturgia de silencio.
Stars
shining up above you
Night breezes seem to whisper "I love you"