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Nelson Villagra y Jorge Valenzuela Torres, collage de bz |
“
Padre, quiero que me entierren en San Carlos” pidió José del Carmen
al P. Eloy Parra horas antes de enfrentar el pelotón de fusilamiento.
El pequeño cementerio de San Carlos, Provincia de Ñuble, ( Chile ), estaba lleno hasta el
tope de vivos y de muertos aquella tarde de invierno. No se oía ni la respiración cuando
Nelson Villagra desde un pódium
improvisado leyó frente a la tumba de José del Carmen Valenzuela Torres, apodado El Chacal de Nahueltoro, la
dedicatoria que llevaba escrita sobre una pequeña placa de cobre en su honor.
“ Jorge del Carmen, el arrepentimiento y la verdad fueron tu redención.
Agradecido,
Nelson Villagra,
el actor de El Chacal de Nahueltoro.”
Patricia y Leopoldo Pulgar, Alejandra y Patricio Manns, Nelson y yo estábamos sentados en semicírculo de
sillas que habían instalado entre tumbas y el césped.
A nuestro lado
el alcalde Don Salvador Rodriguez y demás autoridades.
En pie, justo detrás, cámara en mano, nuestros amigos
Guille documentalista y Javier Chávez actor, filmaban todo.
TVN de Chile estuvo y grabó parte del evento que esa noche vimos en las noticias.
Nelson después de una emocionante elegía desde el podium, volvió a sentarse
mi lado.
Fue entonces cuando pasó lo que sigue.
El P. Eloy Parra habló de su amistad con Jorge del Carmen.
Aquel hombre tan dejado de la mano de Dios, de la justicia; tan abandonado, tan arrepentido, de todas maneras sentenciado al fusilamiento.
Mientras esto decía dos niñas
pequeñitas, vestidas de tul blanco
vaporoso hasta los pies, cruzaron en diagonal desde la tapia del cementerio corriendo, diríase que danzando hacia Nelson.
La mayor de las dos
tendría seis o siete años. Le acaricio brevemente la cara le miró
despacio con gran ternura y le besó en la mejilla.
Luego la más pequeña, hizo lo
mismo, sonrió y le beso en la frente.
Después desaparecieron por
donde habían venido.
Tuve algo más que una corazonada de que Jorge del Carmen resucitaba en Nelson en ese momento. Que por unos instantes el autor y su actor eran la misma persona, que
las niñas eran sus ángeles no sus
víctimas. Que volvieron de la muerte para perdonarle; estrellas fugaces, resurrección.
Otra clase de encuentro. Quizá con su gesto repararon la injusticia cometida contra El Chacal.
Nelson y yo vivimos lo narrado.
Tenían el cabello oscuro brillante, ondulado. Iban vestidas las dos iguales. Nadie las había visto cuando preguntamos. Nadie. Ni Patricia, ni Alejandra, ni Leopoldo, ni
Javier, ni Patricio Manns que estaban sentados codo con codo junto a nosotros.
Tampoco el P. Eloy Parra las vio cruzar delante de él dos veces mientras hablaba.
Nelson es muy racional. No es creyente pero no puede negar lo que vio ni lo que ocurrió aquella tarde de pleno invierno anocheciendo en
el cementerio de San Carlos, frente al nicho de El Chacal de Nahueltoro.
Preguntamos, indagamos, pedimos ver
lo que TVN había registrado, lo que nuestro amigo Guille había grabado. En las noticias de la noche de TVN de Chile vimos el evento de San Carlos. Nada. Ninguna huella de las niñas. Ni rastro. Pero sí impresionaba la emoción y los ojos llorosos de Nelson.
Pese a todo escepticismo lo que hoy parece cuento, fue verdad.
Para ti Nelson, mi actor favorito y admirado, que no puedes
aunque quisieras, desdecirme.
N.B
Patricio Manns, amigo-hermano de Nelson Villagra G, fue el periodista que entrevistó por última vez a Jorge del Carmen Valenzuela Torres, El Chacal de Nahueltoro, en la cárcel de Chillán horas antes de ser fusilado.