Bon soir ! Por si os apetece aquí dejo, Escena de Otoño
Hace dos días que Nelson y yo estamos adornando la entrada de casa como es costumbre en este Norte pacífico de momento, antes de que empiece a nevar en serio y las heladas, y el frio intenso.
El domingo hicimos la primera intentona que terminó en fracaso rotundo.
A primera vista con sol, nos las prometíamos felices.
Nelson se abrigó. Yo no tanto.
Escena Otoñal entre Nelson y yo.
Hace dos días que Nelson y yo estamos adornando la entrada de casa como es costumbre en este Norte pacífico de momento, antes de que empiece a nevar en serio y las heladas, y el frio intenso.
El domingo hicimos la primera intentona que terminó en fracaso rotundo.
A primera vista con sol, nos las prometíamos felices.
Nelson se abrigó. Yo no tanto.
Escena Otoñal entre Nelson y yo.
- Bego, no pensarás salir sin botas ¿verdad? – dice Nelson antes de abrir la puerta.
- ¡No, qué va ! – y me las pongo.
- Pero ese chaquetón no te abriga nada hay mucho viento.
- Ya, pero el viento no me importa, qué gozada.
- No sabes bien el frío que hace.
- Ya, ya me has dicho.
- Ponte un gorro de lana y guantes Bego, guantes
- ¿ Yo gorro de lana ? … ni muerta.
- ¡Mujer, que no es un insulto! un sombrero entonces, para qué los quieres.
Y hemos salido. Yo tal cual, a pelo, a mi aire; Nelson como corresponde, o sea bien, con el vestuario apropiado. Qué sopapo. No creo que he aguantado cinco minutos fuera.
Era una locura pretender resistir el viento que entraba igual que un puñal afilado.
Me he vestido entonces de oso polar y Nelson ha piropeado mi atuendo. La dicha y las sonrisas han durado hasta que a los dos se nos han los papos y las manos color violeta y tuvimos que entra a todo correr definitivamente. Ha sido tan inesperado.
Hoy al fin está terminada la escenografía de casa que espera a toda la tribu y el estreno grandioso del invierno Quebecuá.