lunes, 17 de febrero de 2020

Florencia sin ti

fotografia de Uri  Nevo



Quiero terminar de una vez, dijo, no verle nunca más ¿comprendes Charlotte? 

Hasta la coronilla me tiene, harta estoy de saltos al vacío. Es una fragilidad que se nota la llevara escrita en la frente. Te usan. Una vez usada ad nauseam te echan a la basura como si fueras un estropajo gastado. Ya no sirves ya no importas. No existes. Pesaba el aire. Había anochecido. Llovía. 

Ni siquiera me has dicho cómo se llama el viajero. Tadeo. Se llama Tadeo, dijo sin ganas de seguir hablando. Largo silencio. Incómodo silencio de repente.

Así las cosas me equivoqué de salida, cosa raraconocía la ruta al aeropuerto con los ojos cerrados. Di un volantazo a la izquierda de tal manera que y fuimos  a pararpor suerte a una zanja donde la nieve se había convertido en pozo de barro. Diluviaba. El aguacero hacía imposible sacar el auto del atolladero. Los coches en la autopista circulaban a toda velocidad.  Nosotras no podíamos abrir la puerta el fango tapaba completamente las ruedas. Sin teléfono móvil en ese entonces no sabíamos cómo pedir ayuda sin jugarnos el tipo en pleno tráfico, Qué hacer a esas horas, en la oscuridad llegando tarde a la cita. 

En eso estábamos cuando apareció como caída del cielo una pequeña camioneta blanca en pleno anochecer con grúa y remolque. El conductor, hombre de amplia sonrisa sin decir nada enganchó el Volkswagen y nos sacó en volandas de las profundidades del charco. Cómo agradecer el favor cómo pagar el milagro pues milagro fue; le ofrecí  sin éxito una caja de vino que habíamos comprado antes de salir.  Se negó. Naceptó nada y se marchó tal cual había venido dejando en el aire un saludo con estilo.  Al fin llegamos remojadas a salidas internacionales. Tadeo estaba esperando, se dieron un abrazo fugaz, un beso insustancial. Florencia, te presento a Tadeo. Tadeo mi amiga Charlotte.  Qué chasco. Poco me gustó el roce de su piel con la mía al darnos la mano.Nada. No me gustó nada aquella pieresbaladiza pegajosa como la saliva. Mala onda me dije,  en qué lios te metes. Miré a Florencia de refilón. Se hizo la distraida, iba de copiloto. No dijo esta boca es mía de vuelta a casa. Llovía a jarros.

 

Han pasado muchos años desde entonces Tadeo pero te recuerdo con asco, recuerdo tu voz destempladaTadeo, tu monólogo imparable, tus palabras  melifluas todo el santo camino que se hizo eterno. Disparatabas grandezas y glorias a morro alzado, Tadeo.  Hora y media Tadeo. Macho sublime proclamaste ser. Te recuerdo Tadeo en el asiento de atrás mirándome insistente a través del retrovisor.  90 minutos uno a unoTadeo. Agobiantes. Te debía este mensaje

Me encargaré de que llegue a tus manos ahora que estas lejos de Florencia , libre ya, sin ti.  

 

 

Charlottte

“ tête à tête “ con Nelson Villagra Garrido para La Revista CineCubano

Nelson Villagra Garrido  ( El Conde ) en  La Última Cena,  de Tomás Gutiérrez-Alea Tomás Gutiérrez-Alea  Nelson Villagra Garrido es chillane...