|  | 
| de la red | 
Desde la cama veo los coches los árboles el color de la 
noche el resplandor de la nieve,
escucho cómo poco a poco  se van ensordeciendo los 
ruidos de la calle y cómo empieza a habitar  nuestra morada 
el susurro del viento que entra por la chimenea
mientras en el camarote los visitantes nocturnos, 
alguna mofeta, alguna ardilla atrevida,  algún pajarillo 
perdido, vienen a calentarse un poco haciendo sus 
nidos junto a nosotros.
Quién diría que había empezado a escribir otra cosa otra
historia de otra manera, quizá mañana.
 
 
 
 
 
