Esta tarde cuando los dedos ya no acertaban a encontrarse con las teclas y los ojos no daban más de sí frente al ordenador y las cervicales andaban a la virulé, se me ha ocurrido ver las noticias. He revisado los canales de este norte, norte, enterarme qué pasa por mi planeta preferido que sigue dando vueltas, vueltas y vueltas.
Peligrosamente vueltas.
Quién me mandará. He visto justo un fragmento donde algunos presos explicaban que estan en la cárcel purgando penas en total desmesura con relación al delito.
Pedían ayuda, misericordia por robos menores de comida o ropa en algún gran almacén.
La nada misma en comparación. Una mujer hecha cisco había acuchillado en defensa propia a quien la vendía a perrilla la tirada, al mejor postor. Acto seguido han entrado en pantalla sentando cátedra. Sabihondos y sabihondas que no callan nunca. Nunca. Pontifican, apostrofan se rasgan espada en mano togas y vestiduras. Reparten estocadas en nombre de verdades hiperbólicas, realidades alternativas proclaman. Y por supuesto en nombre de Dios, perejilillo de todas las salsas que no se libra de una.
Total que para llegar al final de las noticias hacen falta tragaderas.
Entonces qué. Entonces nada. Qué te importa. Lo tienes fácil. Telecomando. Pausa. Stop. Corte radical al alcance de la mano. Y ya está. Ya está. No pasa nada hay que dejar que los perros ladren.
Abogada de causas perdidas Mother diría. No seas meritoria.
Corta. Apaga. Cut ! Cut !
Apaga.